Hay ocasiones en donde los días de descanso o vacaciones son para estar despierto de sol a sol, exprimirlos al máximo en cosas pendientes o en paseos; pero en ocasiones se agradecen esos días donde no se haga absolutamente nada.

Las playas de Cancún, Isla Mujeres o Riviera Maya se prestan para eso, estar tirado en la arena y tomando el sol. Puedes llegar desde temprano si te quedas en un hotel del centro o desayunar a buena hora en el hotel y tener un camastro con sombrilla en la playa de tu hotel.

Sé que muchos hoteles tienen equipo de animación que hace mucho desmadre pero la mayoría está en la zona de albercas, así que puedes aprovechar un poco la lejanía de la playa o incluso tomar una toalla o pareo y caminar un poco más lejos para encontrar un sitio más tranquilo.

Quédate cerca de la orilla, el sonido del mar te hará relajar y aunque está de más recordarlo, ponte bloqueador porque está cabrón el sol. Usa lentes oscuros o los protectores de ojos si te vas a broncear, sino vas a quedar con las patas de gallo marcadas y te verás más viejo y/o de la chingada. Esas cosas no se presumen con tus amigos cuando regreses.

Llévate una botella de agua si vas lejos de tu hotel pero entiérrala en la arena para que se conserve fresca, en verdad el sol puede llegar a estar muy pesado. Para que te des una idea, aún en espacios cubiertos y con aire acondicionado, rara vez terminas una bebida y quedan hielos (a menos que seas un borrachín de lo peor y nos tires a todos).

Así que ya sabes, date un día de vez en cuando para no hacer un carajo y quedarte echado todo el día en la playa. Ya para cuando te vayas, enjuágate o bañate y vete a comer un buen ceviche con una chela. O mejor aún, un aguachile de camarón o callo de hacha.

Fotos por: Daryn Nakhuda, Jeremy T. Hetzel, Shinya Suzuki