Había escuchado hablar del Museo del Café de Chiapas en TripAdvisor y Triposo, pero cuando le pregunté al taxista donde quedaba para que me llevara, no tenía idea y tuvo que preguntar por radio.
Resulta que el museo está a espaldas de la Plaza Central de Tuxtla y a unas cuatro cuadras de donde me hospedé. De poca madre!
Es un museo pequeño pero tienen visitas guiadas que lo hacen mucho más ameno y te explican a detalle el proceso y porque tienes que mandar al carajo los cafés solubles. Pregunta por Holkan Espinosa y tendrás un recorrido de poco más de media hora y se remata con una taza de café en un pequeño laboratorio que tienen, El costo de entrada es de 10 pesos y no olvides dar una propina generosa al finalizar el recorrido.
El museo está en una casa de principios del siglo pasado y que está registrada como sitio histórico en el gobierno de Chiapas y en el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Holkan me dijo que llevan un rato trabajando en un proyecto de cafetería en el museo, pero al ser sitio histórico requiere de un minucioso detalle para preservar el edificio. Espero que en mi próxima visita ya esté lista, porque que chingón café me tomé ahí.
La siguiente parada es el Parque de la Marimba en el centro de Tuxtla, pintoresco y sencillo. La primera noche en Tuxtla, aunque estaba deshecho de tanto caminar y la desvelada de la noche anterior.
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