El trayecto es de 34 kilómetros y llega hasta la presa de Chicoasén. Al ser época de lluvias, había algunas cascadas desde lo alto y se veían poca madre. Es una auténtica maravilla la vista, con paredes de hasta 1,000 metros de altura y un verde intenso.
Después de haber dado el recorrido desde los miradores y como antes de los 80’s se veía el cañon, después regresas a Tuxtla para enfilarte hacia Chiapa de Corzo. Poco antes de llegar a este Pueblo Mágico, está el muelle desde donde salen las lanchas rápidas para el recorrido por el río.
El guía se detiene en algunas partes y puede maniobrar con la lancha para acercarse bastante a la orilla. Vimos cocodrilos reposando y nos acercamos a varias de las cascadas. El verde intenso de la vegetación es genial y quieres tomar fotos todo el camino. El trayecto dura dos horas y puedes comprar tu foto al final por un precio bastante accesible. No olvides dejar una propina, hay mucha gente que depende de este ingreso y lo saben apreciar.
No voy a echar tanto rollo, las fotos dirán mucho mejor que yo lo que es este pedazo de sitio tan chingón en Chiapas. Una verdadera maravilla.