Pues ya es septiembre y el año se está yendo en chinguita loca, pero afortunadamente tenemos ya la oportunidad de probar uno de esos alimentos que los dioses crearon para si mismos y lo compartieron con los mexicanos.
Siempre existirán disputas por las recetas; a algunos nos gustan con mucha fruta y servidos fríos, a otros les gustan capeados y con la nogada muy espesa. Al final, vamos descubriendo diversos sitios hasta que damos con aquel que nos satisface por completo.
En Cancún también existen regulares, malos, buenos y excelentes chiles en nogada. La historia cuenta que el platillo fue creado en Puebla para homenajear a Agustín de Iturbide después de firmar la independencia de México. El platillo es reflejo de los colores patrios con el verde del chile poblano, el blanco de la nogada y el rojo de la granada.
El relleno es una maravilla de carne molida de res y puerco, combinada con fruta y pasas. La nogada es una crema a base de nuez y la presentación es absolutamente majestuosa. Prefiero aquellos que se sirven fríos y sin capear, con la nogada espesa y mucha fruta, pero estoy seguro tú tienes alguna preferencia distinta.
La preparación es una verdadera chinguita, así que la próxima vez que estés a punto de comer uno, ríndele el respeto que merece una obra de arte como esta y lo dichoso que eres de tener un digno ejemplar ante ti. Eso si, sí te presentan un platillo hecho sin ganas, hazles notar el sacrilegio en el que están incurriendo. Un chile en nogada es bendición y cocina mexicana de alta categoría, un clásico que merece el Olimpo de la gastronomía mexicana.
En Cancún he probado algunos de muy buen sabor y hechos con cuidado y dedicación. Me vienen a la mente Los Alcatraces, el Café Náder o el restaurante Axiote en Plaza Península. En cualquier caso, vale la pena y al ser platillo de temporada, si se te pasa no habrá oportunidad hasta el próximo año, así que ¡a comer!
Fotos por: Roger Casas-Alatriste, Jesús Gorritl, Arturo Sánchez e Ismael Villafranco.