El pozole es una necesidad básica del mexicano. De norte a sur, de este a oeste, el pozole agrupa y distingue nuestra mexicanidad aunque no sea tan conocido fuera de nuestro país.
Cancún es un lugar donde se reune gente de todo México. Al ser una ciudad joven, en Cancún encuentras gente de todos los rincones del país y muchos de ellos han traído esas tradiciones que deberíamos resguardarlas como las joyas de la abuela.
Aunque ahora el pozole se ha instituido como platillo icónico de la ciudad, resulta bueno a secas. El pozole es tradición viva, olores y sabores que te remontan a tu ciudad de origen y a tardes familiares. El pozole es sinónimo de convivencia y de festejo, de un par de cervezas, un tequila o un buen mezcal.
Para fortuna de todos nosotros, en Cancún también encontramos sitios donde el pozole sigue siendo tradición familiar y que nos traen las variedades clásicas. Pozolería Castillo es una de esas joyas gastronómicas en Cancún que deberíamos declarar patrimonio intangible, donde de miércoles a domingo nos ofrecen pozole de a de verás.
Puedes empezar con unas quesadillas o tamalitos, o los chiles jalapeños rellenos de queso no tienen madre. El pozole puedes pedirlo rojo, verde o blanco; pudiendo ser natural, con pollo o con puerco. En cualquier caso es una bendición y una belleza. El chicharrón con el que se acompaña es de lo mejor que he probado en Cancún y el queso panela es una gloria.
Pues para el clásico jueves pozolero con sus opciones al estilo Guerrero, Pozolería Castillo es un lugar para chuparse los dedos. Está un poquitín escondido, pero si alguna vez tramitaste tu IFE en la Avenida CTM a una cuadra de la Lopez Portillo, pues es para el lado contrario y sales junto a la gasolinera de la Uxmal y Lopez Portillo. Saldrás encantado con el trato y el sabor de este lugar.
Fotos por Pozoleria Castillo.