Si, me encanta la comida y para mi nada mejor invertido que comer y beber a cuerpo de rey. Si estás de vacaciones, aun viajando un poco apretado, siempre recordarás ese pequeño gustito.
Después de un día ajetreado por Tuxtla, solo quería relajarme en un lugar cercano. Afortunadamente el hotel tiene una terraza con un pequeño bar y una vista genial de la ciudad. Aquí conocí la cerveza Tzotzil, una auténtica gema artesanal fabricada en Tuxtla. Probé la variedad Porter que es desde luego, más fuerte y de mayor cuerpo que la cerveza comercial mexicana; fue un verdadero deleite de sabor y nada mejor para hacer hambre.
Después de una comida regular a mediodía, a las 8 de la noche ya me estaba llevando la chingada de hambre, aunque no suelo cenar tan temprano. Terraza Central es un lugar sencillo, con excelentes precios, un buen ambiente y un gran sabor.
Pedí unas quesadillas de jamaica y de flor de calabaza, con tortilla hecha a mano en el momento y fueron una auténtica mentada de madre. El guacamole tampoco tenía madre y venía con una salsa criolla que aunque le faltó picante, era una chulada. Me faltó estómago para poder probar más cosas con las que me quedé con ganas. Debo regresar en algún momento pronto.
