Holbox es un pueblito en la zona norte de Quintana Roo y que conserva el aura de poblado pesquero donde la civilización llegó hace poco.
¿Cómo llego?
Bien, hay tres alternativas. Si traes lana, cuesta alrededor de 700 dólares un vuelo sencillo en avioneta para 4 personas que parte del aeropuerto de Cancún. Si prefieres no gastarte todo el dinero en el vuelo, aunque la vista esté poca madre, puedes rentar un carro y enfilar de Cancún hacia Mérida por la carretera libre, aunque poco te va a servir. Debes dejar tu carro en Chiquilá y de ahí tomar el barco para llegar a la isla de Holbox.
La otra manera y que resulta toda una aventura, es irte en un autobús de segunda que hace varias paradas y que tarda unas tres horas en llegar. Obviamente no tiene baño ni televisión a bordo, pero es un trayecto corto y puedes conocer gente ahí.
Holbox, el sueño del flamingo
¿Qué hago en Holbox?
Renta un carrito de golf o toma un taxi-carrito de golf. Las calles no están pavimentadas y son de arena. El centro está a 8 cuadras del muelle y si llegas a mediodía si sentirás el calor cabrón; no todos los negocios abren todo el día, así que cómprate una botella de agua o una chelita para bajar el calor.
Los hoteles son pequeños y hay de todos los precios, incluso algunos hostales donde también puedes acampar. Hay para todos los gustos y presupuestos, pero es importante que sepas que no aceptan tarjeta de crédito en la mayoría de los sitios. Hay un cajero en la oficina de correos pero suele no tener efectivo, así que ve preparado para tus vacaciones.
En Holbox no hay hoteles todo incluido, así que tendrás que salir a comer o cenar a huevo. En la plaza del centro hay varios restaurantes, aunque algunos cierran para la cena. El sitio de pizzas de langosta es el emblema de Holbox; hay otros que son atendidos por los dueños, con una cocina pequeña y casera, donde el menú varía todos los días y aprovechan la pesca del día.
Para tu primer día y después de haber caminado un rato y nadado, por la tarde échate un ceviche con mucho chile habanero y unas micheladas en el restaurante frente al muelle. Esta zona es la mejor para ver el atardecer, pues el sol se oculta del lado del mar, a diferencia de Cancún y la Riviera Maya.
Fotos por: Ell David, Robert Brands, Steven Zwerink, ann-dabney.
